La agricultura
familiar es vital para el bienestar alimentario de América Latina
La agricultura familiar es un aspecto fundamental para el
bienestar, el crecimiento y la seguridad alimentaria de América Latina, por lo
que la región debe valorarla y comprender sus principales desafíos.
Datos del Interamericano de
Cooperación para la Agricultura (IICA) indican que en América Latina cerca de
23 millones de jóvenes de áreas rurales resultan afectados por la menor oferta
educativa y la menor calidad de la capacitación que reciben. EFE/Archivo
La
agricultura familiar es un aspecto fundamental para el bienestar, el
crecimiento y la seguridad alimentaria de América Latina, por lo que la región
debe valorarla y comprender sus principales desafíos.
En el
foro "Agricultura Familiar y Juventud", organizado por el Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que se realizó en
Costa Rica esta semana, investigadores destacaron el papel de este tipo de
producción para el desarrollo de los países.
Un
investigador agropecuario, el mexicano Cassio Luiselli, indicó en una conferencia
magistral que la agricultura familiar es parte "esencial" en la
búsqueda de la erradicación de la pobreza y la desigualdad en la región.
Para el
experto, la importancia radica en que las actividades agropecuarias brindan
incentivos, ya que al crecer su productividad provee alimentos, materias primas
y libera mano de obra para la industria y los servicios.
"En
zonas pobres y marginales, que todavía son comunes en América Latina, las
pequeñas unidades de agricultura familiar resultan cruciales para lograr la
seguridad alimentaria a nivel local y abatir la pobreza. Se trata de regiones a
menudo apartadas, con malos caminos y precaria infraestructura", expresó
Luiselli.
Datos
divulgados por el mexicano, indican que en el mundo existen 500 millones de pequeños
productores, que abastecen a más de 2.000 millones de personas.
Además,
cerca del 80 % de las explotaciones agrícolas de América Latina pueden ser
consideradas como de agricultura familiar.
Sin
embargo, para Luiselli muy a menudo los promedios comparativos a nivel regional
"esconden" diferencias abismales y en Latinoamérica se mantienen
"brechas alarmantes" entre "campesinos ricos y pobres".
Añadió
que, impulsar la producción familiar no significa que se "discrimine"
a la agricultura grande, sino que busca poner especial énfasis en apoyar a las
más pequeñas que requieren de restauración, conservación ambiental,
recuperación de suelos y cuencas hidrográficas.
El
director general del IICA, el mexicano Víctor Villalobos, expresó que se deben
cambiar las tendencias actuales e innovar, crear un nuevo paradigma más
"eficiente y competitivo", pero sobretodo más "inclusivo".
Para
lograr ese bienestar se debe revitalizar el papel de la agricultura familiar,
incentivando la permanencia de la juventud en el campo por medio de empleos y
acceso a los recursos.
"Es
preciso que las actividades agropecuarias brinden incentivos para que los
jóvenes en los territorios rurales permanezcan en sus comunidades. Tenemos que
enseñar a nuestra juventud a amar el campo", aseveró Villalobos.
Datos del
IICA indican que en América Latina cerca de 23 millones de jóvenes de áreas
rurales resultan afectados por la menor oferta educativa y la menor calidad de
la capacitación que reciben.
Un 18 %
tiene educación universitaria, mientras que cada día aumenta la emigración
hacia las áreas urbanas.
Para
ambos expertos, la agricultura familiar todavía debe superar desafíos como la
creciente degradación ambiental, retos que conllevan a enfrentar el cambio
climático, así como la incorporación de los jóvenes.
Un buen
número de unidades productivas trabajan en condiciones adecuadas, utilizan
técnicas sustentables y permiten la conservación de los suelos y la
biodiversidad, pero esto no se replica en otros productores que más bien talan y
agotan innecesariamente los recursos naturales.
Además,
otros agricultores se están viendo afectados en las costas debido a los eventos
climáticos que cada vez son más extremos y frecuentes como huracanes, sequías e
inundaciones.
© EFE 2014
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